Preguntas habituales acerca del sexo
¿A qué edad se empieza a practicar el sexo?
Contenido
- 1 ¿A qué edad se empieza a practicar el sexo?
- 2 ¿Cuál es la frecuencia adecuada?
- 3 ¿Es fácil el orgasmo simultáneo?
- 4 ¿Qué debo hacer si solamente tengo orgasmos cuando me acarician, o me acaricio, el clítoris?
- 5 Las drogas ¿afectan la sexualidad?
- 6 Alcohol, barbituricos, hipnóticos, tranquilizantes:
- 7 Marihuana y similares. Alucinógenos tipo LSD (tripis):
- 8 Excitantes, amfetaminas (speed), éxtasis, cocaína:
- 9 Afrodisíacos:
- 10 Medicamentos:
- 11 ¿Cuáles son los mejores métodos anticonceptivos?
- 12 ¿Está de moda el llamado síndrome de inhibición del deseo sexual?
- 13 ¿Siempre es fácil hablar acerca del sexo?
Depende de las características de la sociedad en que uno se mueva, y de su entorno personal. El «juego sexual» en niños suele aparecer alrededor de los cinco años, y hacia los once, casi la mitad de niñas y niños han tenido alguna experiencia en jugar a médicos, o a papás y mamás.
La masturbación es practicada por más del 90 por ciento de varones,en mayor o menor grado, a partir de los 9-10 años. Las mujeres se masturban menos (entre un 65 y 70 por ciento), pero también empiezan a esta edad, por regla general.
Las relaciones de pareja, con o sin penetración, empiezan cada vez a más temprana edad. Conviene aleccionar a los jóvenes a partir de los 13 – 14 años, para evitar sorpresas desagradables.
La que marque la edad y las ganas de cada cual. Las mujeres suelen quedar satisfechas con uno o dos orgasmos semanales, en tanto que muchos varones suspiran por más de tres. No hay reglas. Desde un orgasmo o más al día, hasta dos o tres alaño, pueden ser suficientes si el protagonista así lo considera.
La edad en que el hombre es más potente, y consigue el máximo de orgasmos, viene a estar entre los 15 y los 25 años. Las mujeres empiezan y acaban más tarde: la plenitud de vida sexual en mujeres se acrecienta entre los 35 y los 50 años. Esa es la edad en que las mujeres pueden buscar amantes jóvenes, que encajan mejor con sus renovados arrebatos. En cambio, los hombres de más de 40 años (no digamos de más de 50 y de 60) buscan amantes más jovencitas, que encajarán mejor con su incipiente decrepitud en cuanto a ganas de jaleo (aparte de resultar más vistosas como signos de prestigio social).
¿Cuál es la frecuencia adecuada?
La que marque la edad y las ganas de cada cual. Las mujeres suelen quedar satisfechas con uno o dos orgasmos semanales, en tanto que muchos varones suspiran por más de tres. No hay reglas. Desde un orgasmo o más al día, hasta dos o tres alaño, pueden ser suficientes si el protagonista así lo considera.
La edad en que el hombre es más potente, y consigue el máximo de orgasmos, viene a estar entre los 15 y los 25 años. Las mujeres empiezan y acaban más tarde: la plenitud de vida sexual en mujeres se acrecienta entre los 35 y los 50 años. Esa es la edad en que las mujeres pueden buscar amantes jóvenes, que encajan mejor con sus renovados arrebatos. En cambio, los hombres de más de 40 años (no digamos de más de 50 y de 60) buscan amantes más jovencitas, que encajarán mejor con su incipiente decrepitud en cuanto a ganas de jaleo (aparte de resultar más vistosas como signos de prestigio social).
¿Es fácil el orgasmo simultáneo?
No es fácil, y resulta bastante engorroso. Se convierte la relación sexual en una especie de competición gimnástica.
Es posible que haya parejas que sincronicen perfectamente sus orgasmos. Hay gente para todo. Pero en la mayor parte de las parejas resulta un modo de exigenci a que puede causar más preocupación que otra cosa.
Tenga cada cual su orgasmo, antes o después, y aquí paz y después gloria.
¿Qué debo hacer si solamente tengo orgasmos cuando me acarician, o me acaricio, el clítoris?
Como dice Pierre Louys en el «Manual de educación para señoritas», dar gracias a Dios por haberlo creado.
No eres extraña ni anormal si solamente tienes orgasmos acariciando el clítoris (o cualquier aposento de la plataforma orgásmica). Para esto están.
Pero el acto sexual es lo más normal, ¿o no?
Digamos que es lo que tiene mejor marketing. Pero, en el fondo, es más difícil para la mujer tener orgasmos con el acto sexual que con cualquier otra fórmula.Y más cansado. Y de más riesgo.
El preservativo me quita placer
A ti, y a mucha gente. Pero es imprescindible cuando se quieren evitar riesgos. Resignación.
Una alternativa: practicar el peeting (sin contactos bucogenitales si lo que se trata es de evitar riesgos de contagio) y la masturbación mutua.
¿Son adecuados los contactos bucogenitales, el sexo oral?
Si la gente se lava bien antes, y no hay riesgo de contagio en cuanto a enfermedades, no hay nada en contra. Hay personas que lo consideran divertido. Otros, una cochinería. Las parejas deben negociar estos contactos, y adaptarse con el máximo respeto a las ideas del otro.
¿La edad es importante?
Sobre todo en el varón, pues con la edad aumenta el periodo refractario. Un joven de veinte años puede tener varios orgasmos en un día, con toda tranquilidad. El periodo refractario no excede algunos minutos. A los sesenta años…puede durar varios días. Hay muchas diferencias individuales.
Lo importante es mantener una actividad sexual continuada, adaptada a los deseos de ambos miembros de la pareja.
¿Y la menopausia?
No debería ser impedimento. La excitación sexual de la mujer no depende de la secreción de hormonas femeninas, sino de aspectos psicológicos. En algunas mujeres la menopausia añade tranquilidad (ya no existe riesgo de embarazo). En otras,significa una frustración porque creen que «dejan de ser mujeres». Ello es debido a la sobrevaloración del papel de «maternidad» aplicado a las mujeres en ciertos ambientes sociales. Cuando las niñas tienen la regla se les dice «ya eres mujer» (antes ¿qué eran?). Cuando la regla les abandona pueden pensar que su papel se devalúa.
¿Y en la tercera edad?
Más de lo mismo. La mujer no pierde capacidad para tener orgasmos, y nunca, nunca, tiene periodo refractario. El hombre disminuye la frecuencia de sus orgasmos, y también percibe que necesita más tiempo para conseguir erecciones, o que estas no son tan llamativas, o que tarda más en eyacular, o que acaba más cansado. Se trata de tener en cuenta estas variaciones, aceptarlas, y actuar en consecuencia.
¿Cuál es el papel de las hormonas?
Las hormonas juegan un papel, aunque no tan preponderante como en los animales. Las hormonas masculinas tienen efecto estimulante, tanto en hombres como en mujeres. Las mujeres segregan hormonas masculinas en sus glándulas suprarrenales y en los ovarios. La testosterona (masculina) es la sustancia prercursora de la estrona (femenina).
Las hormonas femeninas no tienen efectos claros sobre el deseo sexual.
Los hombres castrados, si antes eran heterosexuales, siguen siéndolo después de la castración. Los eunucos de los harenes, a pesar de haber sufrido la emasculación completa (les cortaban los testículos y el pene) pueden tener relaciones sexuales (a base de caricias) con mujeres, y muchos de ellos, la mayoría, son heterosexuales aún en ausencia de hormona masculina.
A veces se propone castrar a los violadores de niñas (lo proponen ellos mismos en alguna que otra ocasión) para evitar males. Lo cierto es que no resulta una solución brillante. Pueden seguir con sus ataques a pesar de la castración. Quizáse se les debería inhabilitar, además de los testículos y el pene, la lengua, los brazos y las piernas… y ni aun así recomendaríamos dejar una hija nuestra en sus proximidades.
Las drogas ¿afectan la sexualidad?
Muchas de ellas sí. La mayor parte de sustancias, desgraciadamente, inhiben más que incrementan la excitación erótica:
En general son depresores del cerebro, por lo que inhiben el comportamiento sexual. A dosis relativamente bajas (o en personas muy «colgadas» que se acostumbran progresivamente a dosis más altas) pueden crear un estado de atontamiento y desinhibición, que desata más sus instintos durante un tiempo limitado. Si las dosis aumentan, la gente se duerme.
Alcohol, barbituricos, hipnóticos, tranquilizantes:
En general son depresores del cerebro, por lo que inhiben el comportamiento sexual. A dosis relativamente bajas (o en personas muy «colgadas» que se acostumbran progresivamente a dosis más altas) pueden crear un estado de atontamiento y desinhibición, que desata más sus instintos durante un tiempo limitado. Si las dosis aumentan, la gente se duerme.
Marihuana y similares. Alucinógenos tipo LSD (tripis):
Depende de cada cual, y de su forma de percibir la experiencia alucinatoria. No son estimulantes sexuales de por sí.
Excitantes, amfetaminas (speed), éxtasis, cocaína:
Son estimulantes cerebrales. Si la persona, bajo sus efectos, mantiene conductas sexuales, las vive con mayor excitación ( igual que está más excitada si, bajo sus efectos, conduce, baila o hace footing). A pesar del predicamento que tiene el «éxtasis» como droga afrodisíaca, lo cierto es que se trata, simplemente, de un excitante de todo el sistema nervioso, y sumamente peligroso (como todas las sustancias de ese grupo).
Afrodisíacos:
Nitrito de amilo (en esprays), cantárida (en polvo o en líquido). Se venden en algunos sex-shops, a pesar de ser sustancias muy peligrosas. Su acción es la de dilatar los vasos anguíneos o la de irritar el pene, con lo que podrían favorecer la erección. No son estimulantes sexuales, digan lo que digan los prospectos. De vez en cuando, algún usuario del nitrito de amilo, que inhala el espray durante el orgasmo, culmina el acto con un gallardo infarto de miocardio que le deja seco en el sitio, no siempre en posición airosa. Afrodisíacos, lo que se dice afrodisíacos, no hay. El gin-seng, por ejemplo, no es más excitante sexual que la tila. El mejor afrodisíaco, al fin y al cabo, es estar enamorado.
Medicamentos:
Algunos de ellos inhiben la excitación. Muchos antidepresivos entran en este grupo. De todas formas, quien sufre una depresión, grave o leve, ya suele estar más bien debilitado en cuanto a sexo. Hay medicamentos para la presión arterial que dificultan la erección o que quitan las ganas. Lo mismo cabe decir de los tranquilizantes. Lo prudente en estos casos, es consultar al médico.
¿Cuáles son los mejores métodos anticonceptivos?
El método anticonceptivo mejor es uno de los dos que propone el Vaticano: la abstinencia completa (100 % de éxitos). El peor, es el otro que propone el Vaticano: el método Ogino, que consiste en fornicar únicamente los días del ciclo en que la mujer es infértil (más del 50 % de fallos, algo así como tirar una moneda al aire).
Habida cuenta de que la abstinencia absoluta no es bien aceptada por todos, os daré una adaptación que se me ha ocurrido, y que es tan eficaz como aquélla. No creo que en el Vaticano lleguen a recomendarla (por ahora) pero, aparte de eficaz ,puede ser sumamente divertida: abstinencia absoluta, pero sólo del acto sexual (todo lo demás vale, y el orgasmo se coloca por encima de cualquier otra finalidad). Pueden aplicarla sin reservas los no creyentes.
¿Está de moda el llamado síndrome de inhibición del deseo sexual?
Depende de lo que usted considere que quiere decir «estar de moda». El síndrome de inhibición del deseo sexual (para abreviar lo llamaremos SIDS) es la consecuencia ineludible de cualquier situación de deterioro en las relaciones de la pareja. Cualquier problema entre los miembros de una pareja, acaba reflejándose en dificultades de entendimiento sexual. A la larga, si el sexo no resulta satisfactorio ni agradable, es probable que uno acabe desinteresándose.
A veces no es global, sino selectivo (SIDS relativo únicamente al cónyuge).
¿Siempre es fácil hablar acerca del sexo?
La verdad es que no siempre. En las reuniones preparatorias para las sucesivas cumbres Mundiales del SIDA, los delegados de ciertos países no están muy de acuerdo sobre lo que se puede o no decir sobre el sexo. Ya ven ustedes. Los problemas fundamentales surgen en países donde las leyes humanas y las divinas se confunden en una sola. Especialmente en los países islámicos. Es curioso que el Islam permita una actividad sexual, dentro del matrimonio, infinitamente más abierta que la que permite, por ejemplo, el cristianismo. El Islam (al menos en alguna de sus ramas) no solo permite el goce de la mujer, sino que lo exige como una obligación para el marido. Reconoce la expresión clara de sus necesidades sexuales y la práctica del sexo como goce (no necesariamente como procreación).
Pero, fuera del matrimonio, no permite nada. No digamos en cuanto a las actividades homosexuales. El temor, en estos países, es que si se plantean campañas dedicadas a los jóvenes y sus actividades prematrimoniales, se les den ideas acerca de conductas estrictamente prohibidas por sus leyes. Otros problemas surgen, ya no por particularidades religiosas o legales, sino de tipo cultural. Los países africanos tienen un mosaico de culturas, religiones y costumbres, algunas de las cuales resultan muy delicadas en cuanto a la prevención de las enfermedades de transmisión sexual.
Hacia 2001 estuvimos en Sudáfrica y pudimos entender, en parte, tal tipo de problemas. Entre la población negra, por ejemplo, existe la creencia de que ningún acto sexual es completo si el semen no se introduce en el cuerpo de la mujer. La idea de usar preservativo les repugna, no solamente porque quita placer, sino porque atenta contra la idea básica del acto sexual. Esta idea se mantiene cuando las relaciones se realizan con prostitutas.
En las zonas mineras del país, trabajan gran cantidad de obreros de color, que viven unos 11 meses al año en los poblados mineros. Una vez a la semana, la compañía minera se encarga de llevar prostitutas al poblado, en camiones fletados desde los países vecinos. Las cifras de infección por SIDA están seguramente falseadas a la baja, pero se habla de un 50%. Probablemente sea más, por la gran dificultad de realizar los estudios epidemiológicos, y por la escasa sinceridad de los gobiernos para aceptar sus números reales. Los mineros pagan fuertes sumas para mantener relaciones sin preservativo, y las prostitutas aceptan, por dinero y por ignorancia. Un mes al año, los mineros vuelven a sus aldeas. Como primera provisión, contagian a sus esposas. En muchas de las culturas indígenas están permitidas, o al menos, toleradas, las relaciones extramaritales con mutuo consentimiento. Tener muchas relaciones puede ser fuente de prestigio.
Una superstición dramática de muchos países africanos es la siguiente: es posible evitar, o curar, el SIDA y otras enfermedades manteniendo relaciones con una chica virgen. Esto crea una desaforada búsqueda de chicas vírgenes, sin importar ni la edad, ni los lazos de familia. Hijas, hermanas, sobrinas, incluso de dos o tres años, son penetradas por los adultos con el consiguiente trauma físico y psicológico. Con la infección del SIDA muchas de las veces.
Visión del sexo en Sudáfrica
Hacia 2001 estuvimos en Sudáfrica y pudimos entender, en parte, tal tipo de problemas. Entre la población negra, por ejemplo, existe la creencia de que ningún acto sexual es completo si el semen no se introduce en el cuerpo de la mujer. La idea de usar preservativo les repugna, no solamente porque quita placer, sino porque atenta contra la idea básica del acto sexual. Esta idea se mantiene cuando las relaciones se realizan con prostitutas.
En las zonas mineras del país, trabajan gran cantidad de obreros de color, que viven unos 11 meses al año en los poblados mineros. Una vez a la semana, la compañía minera se encarga de llevar prostitutas al poblado, en camiones fletados desde los países vecinos. Las cifras de infección por SIDA están seguramente falseadas a la baja, pero se habla de un 50%. Probablemente sea más, por la gran dificultad de realizar los estudios epidemiológicos, y por la escasa sinceridad de los gobiernos para aceptar sus números reales. Los mineros pagan fuertes sumas para mantener relaciones sin preservativo, y las prostitutas aceptan, por dinero y por ignorancia. Un mes al año, los mineros vuelven a sus aldeas. Como primera provisión, contagian a sus esposas. En muchas de las culturas indígenas están permitidas, o al menos, toleradas, las relaciones extramaritales con mutuo consentimiento. Tener muchas relaciones puede ser fuente de prestigio.
Una superstición dramática de muchos países africanos es la siguiente: es posible evitar, o curar, el SIDA y otras enfermedades manteniendo relaciones con una chica virgen. Esto crea una desaforada búsqueda de chicas vírgenes, sin importar ni la edad, ni los lazos de familia. Hijas, hermanas, sobrinas, incluso de dos o tres años, son penetradas por los adultos con el consiguiente trauma físico y psicológico. Con la infección del SIDA muchas de las veces.
Visión del Ministro de Sudáfrica
No vayan a creer que eso sucede solamente en los puebluchos recónditos de las montañas. También en las ciudades se da este tipo de violación familiar, incluso entre familias que, por su nivel económico, cabría suponer con mejores conocimientos culturales. Recuerdo un documental maravilloso acerca de los métodos de propaganda antisida en Sudáfrica, realizado por una cadena de TV inglesa. La locutora estaba hablando con el Ministro de la Salud, de raza negra, acerca de la necesidad de emplear preservativo en las relaciones. El Sr. Ministro, paternalista, decía: “Siempre, siempre, hay que usar preservativo”. “¿Incluso con la propia esposa?” recalcaba la periodista. “Incluso con la propia esposa” aseguraba, plácido el ministro. “¿Usted lo emplea con su esposa?” Soltó la periodista. Instantes de estupor. No sé como expresar que el ministro negro estaba pálido, pero lo estaba.
Mirando al frente con la mirada perdida y sin soltar palabra mientras empezaba a sudar. La periodista se dio cuenta de la metedura de pata y quiso arreglarlo: “Es importante que conteste, señor ministro, tiene que dar ejemplo”. El ministro dijo: “Ah… sí, claro, también con mi propia esposa”. Sospecho que no lo creyeron ni sus paniaguados.
Otro problema cultural es la valoración del tiempo. Andrew Natsios, el director de Usaid, la agencia estadounidense para el desarrollo aseguró que la lucha contra el Sida debía centrarse en la prevención, en vez de gastarse en antirretrovirales para los enfermos, especialmente en África, porque ‘muchos africanos no saben lo que significa la administración del tiempo, a la manera de los occidentales.
Hay que tomar estas medicinas a ciertas horas del día y la mayoría no tienen ni relojes. No entienden lo que significa cierta hora de la tarde, sólo saben distinguir entre mañana, tarde y noche’. No solamente no saben hablar de sexo. No saben ni la hora que es. Pero si las medidas de prevención, entre los africanos, chocan con los tabúes y mitos que antes comentábamos, apañados estamos.
Una de las grandes metas de las cumbres mundiales contra el SIDA es evitar la marginación de los enfermos y las discriminaciones laborales. ¡Bellas palabras! El borrador de declaración de 2001 proponía que para el 2005 se debían aplicar ‘estrategias para ayudar a la mujer a ejercer control sobre su sexualidad y adoptar sus propias decisiones a fin de protegerse de la infección’. Se tenían que distribuir 6.000 millones de condones y financiar programas específicos para los grupos con conductas de riesgo: homosexuales, prostitutas y drogadictos.
El gran drama es que, a pesar de las sensibilidades culturales, éticas e ideológicas, en estos países el problema del SIDA avanza con mucha mayor velocidad que en el pervertido mundo occidental, donde sí que podemos hablar de sexo.
Temas muy peliagudos para hablarlos en países donde la sexualidad de la mujer, fuera del matrimonio, no existe oficialmente, lo mismo que la prostitución o la homosexualidad. Y como, oficialmente, no existe, de ello no se puede hablar. El gran temor de muchos países del tercer mundo es que las medidas antisida no deben convertirse en una oportunidad para que ciertas fuerzas del mundo occidental influyan en áreas donde existen sensibilidades culturales, ideológicas y éticas distintas de las occidentales.
El gran drama es que, a pesar de las sensibilidades culturales, éticas e ideológicas, en estos países el problema del SIDA avanza con mucha mayor velocidad que en el pervertido mundo occidental, donde sí que podemos hablar de sexo.
Licenciatura en Psicología, Universitat Oberta de Catalunya.
Título de experto en Terapia Cognitiva, Universitat Ramon Llull.
Formación específica en Hipnosis Clínica, Gabinet mèdic i psicològic Dr. Romeu.
Licenciatura en Ciencias de la Información, Publicidad y RRPP, Universitat Ramon Llull.
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ola soy joven de 21 años me gusta mucho masturbarme es que me gusta exitarme mucho y ver pornografia sera algo perjudicial para mi