¿Qué es el trastorno por espectro autista?

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales - 5 (DSM-V), engloba el autismo dentro de los trastornos del neurodesarrollo, que son un grupo de trastornos que tienen su origen en el periodo de gestación. Se definen por deficiencias en el desarrollo que producen limitaciones en áreas específicas o limitaciones globales a nivel personal, académico, laboral, social, entre otros.


Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) reconocen la sintomatología autista común a todos los individuos en un amplio abanico de fenotipos de manera que, en el DSM-V, desaparecen los subtipos de autismo (Síndrome de Asperger, Síndrome de Rett, Trastorno generalizado del desarrollo no especificado o Trastorno desintegrativo de la infancia).


Las características principales del autismo son:

  • Un repertorio muy restringido de actividades e intereses.
  • Un desarrollo de la interacción social y de la comunicación, claramente anormal o deficitario.

A continuación se presentan los criterios diagnósticos del Trastorno del Espectro Autista (TEA) según el DSM-V (APA, 2013):


Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social en diversos contextos, manifestados por:


A.1. Deficiencias en la reciprocidad socioemocional; por ejemplo:

- Acercamiento social anormal.

- Fracaso en iniciar o responder a interacciones sociales.

- Disminución en intereses, emociones o afectos compartidos.

- Fracaso en la conversación normal en ambos sentidos.


A.2. Deficiencias en las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la interacción social:

- Comunicación verbal y no verbal poco integrada.

- Falta total de expresión facial y de comunicación no verbal.

- Anormalidad en el contacto visual y del lenguaje corporal.

- Deficiencias en la comprensión y el uso de gestos.


A.3. Déficits en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de relaciones:

- Dificultad para ajustar el comportamiento a diversos contextos sociales.

- Ausencia de interés por las otras personas.

- Dificultades para compartir el juego imaginativo o para hacer amigos.


Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades que se manifiestan en dos o más de los siguientes puntos: 


B.1. Movimientos, uso de objetos o habla estereotipada o repetitiva:

- Estereotipias motrices simples.

- Cambio de lugar de los objetos.

- Alineación de juguetes.

- Ecolalia o frases idiosincráticas.

B.2. Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad a rutinas, o patrones ritualizados de comportamiento verbal y no verbal:

- Elevada angustia ante pequeños cambios.

- Patrones de pensamiento rígidos.

- Rituales de saludo.

- Necesidad de seguir siempre la misma ruta o de comer los mismos alimentos cada día.

- Dificultades con las transiciones.


B.3. Intereses muy restrictivos y fijos que son anormales en cuanto a su intensidad y focos de interés:

- Fuerte vínculo o elevada preocupación hacia objetos inusuales.

- Intereses excesivamente circunscritos y perseverantes.

B.4. Híper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales o interés inusual por los aspectos sensoriales del entorno:

- Respuesta adversa a sonidos y texturas específicas.

- Oler o tocar excesivamente objetos.

- Fascinación visual con luces o movimientos.

- Aparente indiferencia al dolor/temperatura.


Los síntomas tienen que manifestarse en el periodo de desarrollo temprano. No obstante, pueden no revelarse totalmente hasta que las demandas sociales sobrepasen sus limitadas capacidades. Estos síntomas pueden encontrarse enmascarados por estrategias aprendidas en fases posteriores de la vida.
Los síntomas causan deterioro clínico significativo en el área social, laboral o en otras importantes para el funcionamiento habitual.
Las alteraciones no se explican mejor por una discapacidad intelectual o por un retraso global del desarrollo.

Cómo podemos ayudarte

La Discapacidad Intelectual (DI) y el TEA se encuentran a menudo unidas. Para poder realizar un diagnóstico del TEA y del DI la comunicación social debe situarse por debajo de lo esperado a nivel general del desarrollo.
Las personas con deficiencias notables de la comunicación social, pero que no reúnen criterios para el diagnóstico del TEA, tienen que ser evaluadas para diagnosticar un nuevo trastorno que ha definido el DSM-V como Trastorno de la comunicación (pragmático) social. La diferencia principal con un TEA es que en el trastorno de la comunicación social no se cumple el criterio diagnóstico B, por lo que no se observan patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento o intereses o actividades

Los criterios diagnósticos, debe especificar si:

- Se acompaña o no de discapacidad intelectual.

- Se acompaña o no de deterioro del lenguaje.

- Está asociado a una afección médica o genética, o a un factor ambiental conocido.

- Está asociado a otro trastorno del neurodesarrollo mental o del comportamiento, con catatonia.


También debe especificarse el nivel de severidad:

- Nivel 1: necesita ayuda.

- Nivel 2: necesita ayuda notable.

- Nivel 3: necesita ayuda muy notable.

En Gabinete Dr. Romeu Barcelona proponemos realizar una primera visita psicológica o psiquiátrica con uno de los psicólogos o psiquiatras que colaboran con nosotros dónde se planteará la mejor manera de abordar el TEA con un plan terapéutico adaptado para cada caso. 

En una primera visita realizaremos:

- Examen exhaustivo y recopilación de información.

- Diagnóstico y orientación del problema.

- Ayuda y psicoeducación para superar su TEA.

- Plan de trabajo.

Supera el problema

El TEA es un conjunto de trastornos que se detectan en los primeros años de vida de la persona y que tienen una permanencia bastante elevada en nuestra sociedad. Los niños que tienen TEA, necesitan primeramente un diagnóstico adecuado y en segundo término ponerse en manos de profesionales que entiendan de este trastorno específico.

El trabajo que se debe realizar va muy ligado a la familia y a su comprensión y tratamiento del trastorno, por lo que se emplearán diversas sesiones con los padres (y seguramente con el colegio) para formar un equipo preparado y completo que pueda ayudar al niño a llevar una vida lo más normalizada posible.

Los tratamientos serán personalizados en función del grado y tipo de afectación, desde psicoterapia, logopedia, fisioterapia, EMT, neuropsicología, profesores de refuerzo o tratamiento farmacológico.

Llevamos más de 40 años de experiencia tratando todo tipo de trastornos y malestares, especializándonos en aquellos casos difíciles o resistentes al tratamiento. En el Gabinete Dr. Romeu Barcelona sabemos que el TEA puede tratarse de forma efectiva obteniendo muy buenos resultados, así que le invitamos a que nos conozca para poder demostrárselo.

 

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