Cuando hago terapia, uno de los temas más frecuentes que acaba saliendo tarde o temprano son las relaciones de pareja. Muchas veces, la persona viene a consulta porque quiere trabajar la autoestima, porque dice sentirse insegura y frágil. En ocasiones, entramos en el ámbito de la pareja y muchas veces, más de lo que me gustaría, acabamos viendo que uno de los motivos por los que la persona tiene tan mala autoestima es porque está siendo maltratada por su pareja.El problema es que, en muchos casos, el paciente no es consciente de este maltrato, pues piensa, como la gran mayoría de la sociedad, que el maltrato es algo evidente y vistoso, cuando en verdad, casi siempre es silencioso e imperceptible.Cuando, por primera vez, utilizo el concepto de maltrato de pareja el paciente se tensa y se paraliza e incluso, de entrada, acostumbra a rechazarlo “No, a mí no. Eso no es lo que pasa”. Es entonces cuando explico que el maltrato psicológico puede presentarse de muchas maneras diferentes y se puede expresar en diferentes grados. En la mayoría de ocasiones, este tipo de maltrato no es percibido como tal por la víctima ni tampoco el que lo imparte es consciente de que lo está perpetrando.[contact-form-7 id="16435" title="Contacta blog"]
Estamos acostumbrados a pensar que cuando hablamos de maltrato en la pareja nos referimos a ataques físicos y violentos como bofetadas, empujones o golpes. Quizás, cada vez más, somos más conscientes de que la violencia física no es la única manifestación del maltrato. El maltrato psicológico es incluso mucho más habitual que el físico y cuando pensamos en ello nos imaginamos escenas extremas dónde el acosador insulta y chilla a la víctima. Aunque, evidentemente esto ocurre, si miramos estadísticamente veremos que existe todavía una forma de maltrato más frecuente, tanto que asusta.El maltrato psicológico sutil es una forma sigilosa y enmascarada de maltratar a la víctima. En lugar de un insulto, se hace un comentario despectivo pero quizás, con un tono suave. Por ejemplo “Es que siempre estás igual, te equivocas en todo”. De entrada, puede parecer un comentario inofensivo de la misma forma que una gota de agua cayendo en una tubería lo puede parecer. Pero si esta gota cae durante semanas y años en el mismo sitio, de forma constante, finalmente puede hacer un agujero y reventar la tubería.Este tipo de maltrato se caracteriza justamente por no parecerlo. Es un lobo con piel de cordero pero lo que en apariencia parece inofensivo esconde detrás una violencia sumamente corrosiva que, con el paso de los años, puede destruir a la víctima. Estamos hablando de formas sutiles de humillar, desprestigiar, culpar, amenazar, chantajear, deslegitimar, manipular, condicionar, controlar, invalidar, desautorizar y atacar a la persona pero que, en apariencia, parecen meras frases y comentarios.En este sentido, las estrategias más utilizadas son el sarcasmo, la ironía y la demagogia, es decir, afirmar algo que es falso a través de una cosa que es verdad: “Como no has recogido la basura (verdad), eres un inútil (falso)”. En este caso, se ha usado la sobregeneralización utilizando un hecho concreto (no tirar basura) para establecer una norma (ser un inútil).Otra estrategia muy común es el castigo a través del silencio o el enfado. Por ejemplo, si la víctima hace algo que la pareja no quiere, ésta puede estar desde horas hasta días sin hablarle.
En el fondo, la mejor manera para poder detectar el maltrato sutil es fijarnos en nuestras emociones. Si notamos que con nuestra pareja sentimos miedo o temor de hacer o decir algo, se nos tiene que encender una señal de alerta, pues el miedo no tiene cabida en una relación sana, es una mala señal.A continuación, expondré una serie de frases y situaciones que aparentemente parecen inofensivas pero que detrás esconden un doble significado, oculto a primera vista pero que es sumamente peligroso e incisivo. Entre paréntesis os pondré el mensaje oculto:- “¿Oye, vas a salir? (control). Como veo que te vistes así (deslegitimación, humillación). Entonces me vuelvo a quedar solo ¿no? (chantaje) Vale, vale, tú misma, pero después no te quejes (amenaza)”.- “¿Otra vez? (culpabilización). Cuantas veces te lo tengo que decir (tratar de inútil a la víctima). Siempre dejas la caja de galletas abierta, eres súper desordenado (demagogia, ataque). Haz el favor de recogerlo ahora mismo (humillación, imposición)”.- “A ver, yo no te digo si puedes quedar o no con tus amigas (control, manipulación), sólo digo que a tu edad hay otras prioridades y obligaciones (manipulación, tratar de irresponsable). Una buena madre está pendiente de sus hijos y saliendo tanto no sé cómo puedes cuidar bien de ellos (culpabilización, cuestionamiento, demagogia).- “Ya me he enterado de que te has apuntado a clases de baile, me lo ha dicho la vecina… Supongo que ser tu marido es menos importante (sarcasmo) ¿Cuándo pensabas decírmelo? (control)”.- “¿Has visto mamá? Mi maridito es un crack (sarcasmo). Él solito ha conseguido que no le den el aumento. Suerte que no lo pusiste al frente de tu negocio jajaja. Ahora estarías arruinada (humillación, desprestigio)”.- “A ver hijo mío, me da igual lo que haya dicho tu madre (desautorización). Si yo te digo que no puedes salir, no puedes y se acabó. ¿Has oído cariño (sarcasmo)? Para decirle tonterías al crío, mejor no digas nada (invalidación, ataque, menosprecio)”.- “No, déjalo, no toques nada, que lo único que sabes hacer es estropearlo todo (tratar de inútil, demagogia)”.- No llores (imposición, deslegitimación). Siempre haces igual, te haces la víctima y a mí me dejas como el malo. No es mi culpa que tengas la piel tan fina (manipulación). ¿Qué quieres, que me cabree más? (amenaza)
A continuación expondremos una serie de sensaciones y emociones que experimenta una víctima de maltrato. Si os sentís demasiado identificados, sería bueno que empezarais a replantearos algunas cosas. Las siguientes 33 frases forman parte de la Escala de Abuso Psicológico Sutil y Manifiesto a las Mujeres-SOPAS (Marshall, 2000).
Lo más importante es ser conscientes de lo que nos está pasando y para poder serlo debemos estar informados de cuáles son nuestros derechos como personas, qué es el maltrato psicológico sutil y cómo podemos identificarlo.A continuación, consultar con amigos cercanos y familiares siempre es una buena idea. Esto nos ayudará a tomar más conciencia de lo que nos sucede y a obtener la empatía y el cariño necesario para ir gestionando emocionalmente nuestra situación.En ocasiones, puede ser beneficioso consultar a un psicólogo. Este nos ofrecerá más información, nos dará herramientas para poder combatir el maltrato, nos ayudará a mejorar nuestra autoestima dañada y a tomar decisiones.Algo que debemos saber es que, muchas veces, el que perpetra el acoso psicológico sutil no es consciente de ello. Normalmente, son personas rígidas, autoritarias, con autoestima baja y muy irritables. Si miramos sus infancias no es extraño descubrir educaciones estrictas y excesivamente normativas y punitivas. En ocasiones, el acosador puede estar padeciendo una distimia, un trastorno depresivo leve que produce un exceso de irritabilidad e irascibilidad.En todo caso, siempre es importante analizar bien la situación. Muchas veces, será beneficioso iniciar una terapia de pareja una vez la víctima haya hecho un trabajo psicológico previo.
Helena Romeu Llabrés, Psicóloga Clínica
Manténgase informado sobre las últimas investigaciones en psicología.